jueves, 2 de septiembre de 2010

Quién era Don Quijote


Érase una vez que vivía en la Mancha un hombre se llama don Quijote que estaba fascinando con los caballeros andantes de la España antigua. Don Quijote le encantaba a leer los libros sobre sus aventuras y vendió una parte de su tierra a comprar más libros sobre los caballeros andantes. Toda la noche y el día, él ponderaba en los actos antiguos de valor hasta que él perdió su juicio. Las hazañas increíbles de los caballeros andantes y los gigantes fueron más verdaderas a don Quijote que su propio mundo. Él creía para su honor y el honor de su país, él debía ser un caballero andante y vengaba todos los actos malos. 




Entonces, don Quijote se preparaba por la vida de un caballero andante. Sin una palabra, don Quijote de la Mancha montó su caballo fiel se llama Rocinante y salía a vengar todos los malos y proteger todas las señoritas. Pero, primero fue necesario a ser armado un caballero andante verdadero. Él resolvió a ser armado de la primera persona que le encontró. Don Quijote montó hasta la noche cuando vino a una venta. 

Al excéntrico don Quijote, la venta fue una castilla y el ventero y los huéspedes parecían como señores y señoritas. A ellos, don Quijote fue un loco, pero ellos le recibió con amabilidad y el ventero se acordó a amarle un caballero andante "verdadero" si él podía guardar su propia armadura hasta la mañana. Poniendo su armadura a una artesa de agua, don Quijote marchó enfréntela. Todo estaba bien hasta que un mozo vino a recibir agua por sus mulas. Enfadaba del disturbio, don Quijote dio un golpe al hombre. Los otros huéspedes, se despertaron del ruido, empezaron a lanzar las piedras a don Quijote. El ventero paró las piedras, pero tuvo ganas de estar terminado de su huésped inusual. Como un resultado, en una ceremonia breve, él fingió a armar don Quijote y le avisó a revolver a La Mancha y traer un poco dinero, algunas camisas limpias, y un escudero a llevarlos. 


Don Quijote y Rocinante

Don Quijote salió de la venta, feliz a ser un caballero andante "verdadero" al fin. No había salido mucho cuando encontraba un grupo de mercantes que él les desafió a declarar Dulcinea como la mujer más hermosa del mundo. Cuando ellos rehusaron, don Quijote levantó su lanza y les atacaba, pero Rocinante cayó y era el caballero andante que fue batido. A pesar de estar muy batido, don Quijote sentaba muy feliz porque estaba recitando las baladas sobre los caballeros andantes mejores. Un vecino se dio cuenta que era don Quijote y le ayudó a su aldea donde su sobrina y su criada le puso en su cama a recuperarse. 

Don Quijote y Sancho Panza

Cuando don Quijote recuperó, sus amigos quemaron todos de sus libros de caballerías esperando que sin los, su mente sería más clara. El quemando no hacía bueno porque don Quijote era listo a salir otra vez con las cosas que permitiría a ser un caballero andante "verdadero." Había persuadido su vecino Sancho Panza a ser su escudero. Y una noche, don Quijote y Sancho salieron de la aldea. 
Don Quijote vio algunos gigantes- gigantes enormes- que fue determinado a matar. Y aunque Sancho buscó la tierra, no podía ver los gigantes y don Quijote estaba atacándolos. Donde don Quijote vio los gigantes, Sancho vio los molinos de viento. Y cuando don Quijote montó hacia los, el viento venía, y cuando atacó la vela más cerca, la torció con tanta fuerza que su lanza rompió y don Quijote y Rocinante cayeron al suelo. 

El próximo día Sancho y don Quijote viajaron hasta que vieron dos monjes en la calle siguiendo una mujer en un coche. Don Quijote fue convencido que los monjes eran los encantadores y estaban llevando una princesa sin su voluntad. Y, por supuesto, don Quijote les atacó, pero fue derrotado y perdió un poco de su oreja y su yelmo en la batalla. 

Mareado porque de tantos golpes, ellos montaron más lento hasta que don Quijote vio dos rebaños grandes de polvo y le dijo a Sancho que había dos armadas grandes al principio de luchar en la tierra. Él describió las armadas con tantos detalles que Sancho creía que podía verlos. Pero Sancho, no siguió don Quijote a la batalla porque él se dio cuenta que las armadas, en realidad, eran pastores y las ovejas. Aunque los pastores gritaron y tiraron las piedras a don Quijote, él continuó su batalla imaginaria. La piedra última impactó don Quijote con tanta fuerza que él perdió cuatro dientes y se cayó de su caballo. 

Algunos días más tarde, don Quijote imaginó que él veía un caballero andante llevando un yelmo que lustraba como oro. En realidad el "caballero andante" fue un barbero viajero que tuvo miedo de la lanza de don Quijote y salió, dejando su basín del barbero. Don Quijote usó el basín como su "yelmo" nuevo, y aunque era un poco diferente, él pensó que era perfecto. Y don Quijote y Sancho continuaban en busca de las aventuras nuevas y valerosas para un caballero andante famoso y su escudero leal. 
(fuente: http://www.wfu.edu/users/foleae1/diccionario.htm)